· En los años inaugurales del
siglo XX, una corriente literaria renovaría no sólo la literatura sino el
idioma español: el modernismo. Los años de la revolución disiparon los aires
aparantemente tranquilos del porfiriato.
·
Durante los años veinte la
identidad cultural porfiriana, devastada por la lucha armada y la guerra civil,
cedió su lugar aún nuevo impulso, la búsqueda de la esencia del país. Esta
búsqueda transformó la cultura mexicana.
·
La obra y la acción
vasconcelista se expandió hacia las más diversas zonas culturales. Escritores,
músicos y pintores fueron parte de la expansión nacionalista. La cultura mexicana vive, sin embargo, una
tensión aleccionadora: la búsqueda del nacionalismo y, a la vez, el encuentro
con las vanguardias, la identidad mexicana pero, al mismo tiempo, la modernidad
del mundo.
·
La novela de la revolución es
testimonio desencantado, amargo y triste de la destrucción y la guerra. Las
novelas se han agrupado bajo este nombre oscilan entre la memoria y el
testimonio, la autobiografía y el diario de campaña de los testigos que narran
su participación en la revolución.
·
La violencia y la crueldad de
la guerra, de la denuncia política y la corrupción como desprendimientos de la
lucha revolucionaria, así como el éxito del género, desplazaron el centro de la
novela de la revolución hacia la novela social, indígena, antropológica.
·
Al cerrar la década de los años
cuarenta, el nacionalismo cultural vivió un momento culminante en el que se
unieron la danza, la música y las artes plásticas.
·
En los cincuenta la literatura
se había despojado de la fuerza centrífuga de su pasado. La letra se alejaba
del nacionalismo obligatorio, de la autoridad del realismo y aun del compromiso
social. La libertad, la imaginación como método y el profesionalismo literario
decidieron los caminos creativos de los escritores de los años cincuenta.
·
En la pintura de los años
cincuenta podían reconocerse dos grandes líneas: la estirpe del nacionalismo
heredada de la escuela mexicana, y del internacionalismo, cuya propuesta
estética incluía el surrealismo, las vanguardias, las nuevas aventuras del
arte.
· En los sesenta el mundo cultura
se amplió. El movimiento estudiantil de 1968 y su trágica culminación en la
matanza del 2 de octubre en la plaza de las 3 culturas marcan una frontera de
fuego en la historia moderna. La sociedad se descubre entonces, entre la
sorpresa y el estupor, en un fin de época, como si algo nuevo desconocido
surgiera de la tragedia y del dolor.
·
La narrativa mexicana que
incursionó en la recuperación del pasado lo hizo centrando sus esfuerzos en el
enfoque político, en el informe legendario.
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